En muchas ocasiones el uso intensivo de los frenos genera un cambio de temperatura que hace que los discos del freno se “alabeen”. Como el disco de freno es un elemento que gira, la parte curvada roza con más intensidad la pastilla en cada una de las vueltas, provocando una vibración que puede sentirse en el volante, el pedal de freno o el carro en general. Además, si la deformación del disco es grande, se provoca una pérdida de eficacia cuando frenas que puede llegar a ser peligrosa.
Las vibraciones al frenar también pueden ser síntoma de algún daño que no siempre está localizado en los frenos. Estas son algunas otras razones por las cuales esto podría estar sucediendo.
- Están desequilibrados los neumáticos y llantas: es el caso menos probable, ya que entonces el auto (sobre todo el volante) vibraría siempre, sin necesidad de frenar. Simplemente al frenar se «amplifica» la vibración que llega al coche.
- Inconvenientes con las pinzas de freno: la función de las pinzas de freno es presionar las pastillas de freno contra el rotor, si no las presiona correctamente, puede provocar vibraciones en el volante. La acumulación de polvo, el desgaste o la corrosión pueden hacer que las pinzas de freno no igualen la fuerza entre las dos pastillas.
- Problemas con los rotores de frenos: si los rotores de los frenos están desequilibrados o deformados, el carro puede detenerse bruscamente o vibrar rápidamente según las condiciones de conducción.